Continuamos con el articulo anterior para terminar de darte otras seis razones para no dejar de visitar esta parte del Parque Natural de las Islas Atlánticas.
1. Fauna marina: En las Cíes es fácil encontrar todo tipo de mariscos y crustáceos, aunque si hubiera que nombrar un rey el más popular, por numeroso, sería seguramente el mejillón. Entre los pescados más abundantes, los sargos, las doradas, los salmonetes, el lenguado y un considerable etcétera están entre los habitantes habituales, igual que la marsopa, el delfín común y el delfín mular, que viene a estas aguas a reproducirse.
2. Patrimonio bajo el mar: Al poco tiempo de que se comenzara la primera catalogación de los restos arqueológicos hallados bajo las Cíes, los especialistas concluían que bajo aquellas islas se encontraba uno de los patrimonios subacuáticos más interesantes del mundo. Un barco de la flota de Francis Drake, anclas de piedra, sables o un anillo con sello ducal son algunos de los restos encontrados.
3. La ruta de los faros: Para los amantes de los faros, irse de las Cíes sin visitar el faro del monte Faro, en la isla central o isla do Faro, es un pecado. Situado a 178 metros de altura sobre el nivel del mar, se accede a él por un camino en zig zag tras el que hay una impresionante panorámica de los acantilados y la isla de San Martiño. No muy lejos de él se encuentra el faro da Porta, que funciona con energía solar y marca el inicio de la zona de reserva de aves marinas. En la isla norte o de Monteagudo está el faro do Peito, que marca la entrada norte de la ría de Vigo junto con los faros de cabo Home en la costa del Morrazo. Ya en la isla Sur o de San Martiño está el faro Dos Bicos, coronando un estrecho camino a las faldas del monte Pereira.
4. Sus fondos marinos: Sus espectaculares paisajes submarinos y la riqueza de flora y fauna suponen el mayor valor de todo el Parque Nacional. Hacia el océano, los fondos son rocosos, pero frente a las rías, predominan los fondos arenosos, de cascajo (restos de conchas y moluscos) o de maërl (coral).
5. Colonias de aves marinas: 22.000 parejas de gaviota patiamarilla tienen en las Cíes su hogar, el mayor del mundo, y conviven con otras 2.000 parejas de cormorán moñudo, lo que supone alrededor del 50% de la población en toda España. No son las únicas colonias de aves en estas islas: la gaviota cenicienta, el ostrero o el paíño europeo también han encontrado en las islas Cíes su pequeño paraíso.
6. La ardentía: Por la noche la superficie del agua se llena de puntos chispeantes. Son algunas especies de organismos microscópicos que emiten luz cuando se agita el agua. Quienes tienen el privilegio de pasar la noche en Cíes –sólo es posible pernoctar en el camping o en barco privado–, pueden observarla al caminar por la arena, en torno al barco o en los traslados en neumática.